¿ Series de tv o cine ?

En la actualidad, es muy común comparar constantemente la calidad del cine con la de las series de televisión. Se dice, no sin cierta razón, que el medio televisivo ha superado al cine y que el mejor cine se realiza en la pequeña pantalla. Lo cierto es que, en la llamada "edad de oro de la televisión", abundan series de gran calidad que han adoptado un lenguaje más cinematográfico que televisivo. Han emulado los recursos visuales del cine, lo cual les ha valido reconocimiento crítico y cinematográfico. Sin embargo, si somos sinceros, el éxito de algunas de estas producciones se ha debido más a una calculada campaña de promoción en redes sociales que a su excepcionalidad.

En reseñas de cine, seguimos pensando que ambos medios son muy distintos, tanto en lo narrativo como en lo visual. Recientemente, Tarantino, en el podcast de Joe Rogan, comentaba que, aunque las series son un buen entretenimiento, carecen del arco dramático que sí tienen las películas. La incapacidad de resolver las tramas y dejarlas abiertas continuamente, en aras de más drama y espectáculo, (lo que las convierte en culebrones de gran calidad) lo que diferencia a ambos formatos.

Sin embargo, para ser justos, es necesario distinguir entre las series clásicas, con episodios autoconclusivos, y las que presentan arcos narrativos largos (que abarcan una temporada completa o incluso más). Producciones como Breaking Bad , Juego de Tronos o Homeland encajan en la segunda categoría, donde los arcos de los personajes son mucho más extensos.

Por otro lado, tendríamos a las series míticas como Columbo, Starsky & Hutch, Miami Vice, donde la evolución de los personajes es escasa y cada entrega supone un nuevo reto para los protagonistas, que por lo general apenas cambian en su conducta.

Las series policiacas y de detectives serían un buen ejemplo de esto. Los mismos personajes deben afrontar nuevos riesgos y aventuras para demostrar su valía, pero sin una evolución palpable de su carácter.